viernes, 13 de junio de 2014

Extraterrestres.

En algún lugar de la Tierra se encuentra instalado un ultra-secreto campo de concentración de seres extraterrestres.
  Son unos cientos, apiñados en una barraca trapezoidal, superficie tan cercada y distante de las ciudades que escapar de allí se les presenta como un deseo altamente improbable de llevar a cabo.
  Todos parecen haber provenido del mismo planeta, a juzgar por su aspecto físico similar.
  No son demasiado diferentes de los humanos. Es decir, salvo por las cabezas calvas, la estatura promedio que supera en mucho la de los hombres y la piel violácea, no se advierten otros rasgos que los conviertan en seres ostensiblemente raros para las miradas de los oficiales terrestres, que los custodian como si fueran fieras que amenazan la paz del universo.
  Sin embargo, las leves diferencias de sus cuerpos con respecto a los de los habitantes de la Tierra y su lenguaje, aun intraducible para nosotros, han bastado para que ese ejercito que los mantiene prisioneros los haya categorizado como enemigos a los que es preciso analizar y exterminar. Por que antes de pulverizarlos, claro, los extraterrestres son sometidos a cruentas experimentaciones de las que tratan en vano de librarse, en tanto resbalan (una y otra vez) hacia el interior de gigantescas probetas de laboratorio. Dentro de esos dispositivos circulan líquidos diversos calentados a altas temperaturas.
  Una vez extraídas las muestras necesarias para examinar las sustancias que contienen, "los distintos" son reducidos a cenizas.
  No debiera extrañarnos. ¿Acaso las tantas comunidades que pueblan nuestro planeta no se envuelven -cada dos por tres- en pavorosas guerras y se destruyen entre si considerándose enemigas? ¿Acaso no lo están haciendo en este mismo momento?
  Mientras nos formulamos estas preguntas, uno de los extraterrestres ha logrado eludir la soldadesca vigilancia y, como por milagro, emerge de un tubo, se arrastra por el suelo entre el aparataje del laboratorio y consigue salir de la barraca.
  Poco después y casi sin fuerzas, traspone uno de los muros del campo y salta hacia la libertad.
  ¿Hacia la libertad? ¿Donde queda para el?
  No sirve de nada pensarlo. Los vejámenes a los que fue expuesto han sido tantos que la muerte que posiblemente lo aguarda, también fuera de allí, se le antoja una salvación elegida.
  Corre sin rumbo con el único afán de morir en soledad; lejos, lejos de allí, bien lejos.
  No alienta esperanzas, pero sigue corriendo, desesperado.
  Oye las sirenas de alarma que se pusieron automáticamente en función, apenas cayo sobre los pastos que rodean el tenebroso lugar de confinamiento y oye gritos de oficiales y ruidos de vehículos que, sin dudas, han partido como de cacería. El es la codiciada presa a capturar. El, oriundo de una estrella cercana a la Tierra y desde donde partió en una de las treinta naves espaciales bajo su comando. Respondía, tal como sus compañeros astronautas, a las ordenes que les habían sido impartidas para cumplir una riesgosa operación exploratoria que permitiera vislumbrar un futuro de comunicación y confraternidad interestelar, ¿por qué no?
  El extraterrestre eleva fugazmente su vista hacia el cielo, intentando ubicar su planeta natal. Tropieza y se desploma mientras recuerda a su familia.
  Su nave, al igual que todas las que integraban la flotilla destinada a la misión de contacto, fue derribada por poderosos misiles tan pronto la detectaron próxima a aterrizar. Vuelve a correr, sintiéndose entrampado en un laberinto de hierro al que no sabe como fue a parar, pero del que se da cuenta que nunca saldrá.
  Ah... ignora que hay túneles increíblemente cerca del laberinto, a través de los cuales podría arribar a donde aun quedan algunas de sus naves apenas averiadas. Tarde para cambiar de rumbo
  Un oficial lo acorrala frente a su sofisticado armamento.
  El extraterrestre cree ver que una sonrisa baila en el rostro de su perseguidor, en el instante previo al gatilleo de su revolver. El arma expulsa una especie de rayo. Su luminosidad fosforescente le perfora el pecho.
  Se contorsiona como una marioneta y, ya sin vida, se derrumba, de ojos abiertos hacia la esfera azul que circunda la Tierra.
  El oficial utiliza un artefacto especial para trazarle un cuadrado en medio del tórax y -enseguida- lo presiona para extraerle esa parte del pecho.
  Enguantado como esta para prevenir cualquier contaminación de ese ser que considera un monstruo, le arranca un órgano que, si no perteneciera a un extraterrestre, podría afirmarse que se trata del corazón.
  Orgulloso, lo toma entre sus manos y lo eleva, lo oprime, lo aprieta, lo exprime, hasta que un borbotón de un jugo que imaginamos que es su sangre salpica la pantalla y dibuja en ella las palabras: "The game is over".
  Luces intermitentes, entonces, sonidos de triunfo y la cifra sobreimpresa que indica un alto puntaje para quien se divirtió unos minutos con ese juego electrónico, con ese vídeo-game que acaba de premiar la violencia, el racismo y el crimen.
  A cambio de una ficha.
  A cambio de una ficha como la que el muchachito que ha ganado el la bulliciosa sala de flippers vuelve a colocar en la ranura del difundido family-game. ¿Para que hacer una fastidiosa cola frente a la boletería de otro entretenimiento similar, si todos los juegos que proponen repiten, con escasas variantes, la misma programación?
  La ficha arrojada en el interior del vídeo-game acciona su mecanismo. El la pantalla aparece el dibujo animado del campo de concentración de seres extraterrestres.
  Son unos cientos que...
  Como hipnotizado por los colores, la melodía bélica y a aventura que lo desafía a la aniquilación del "enemigo" o a ser raptado en un ovni de este -en caso de perder el juego- el chico va a reiterar la experiencia de entrenarse, durante algunos minutos, como el mas feroz guerrero de nuestra galaxia.

Elsa Bornemann.
Socorro Diez.

Libre interpretación.
Uno de los cuentos mas interesantes de ese libro, sin duda.



viernes, 11 de abril de 2014

Shade Einnharder


                                                                                       








                                                   

 
¿Que es Shade Einnharder?
Shade Einnharder es el nombre del personaje del (o, mejor dicho, de la) artista a la que pertenecen las anteriores imágenes.
Cuando yo apenas comenzaba a dibujar, conoci a otra artista (que fue la razón de que yo empezara a dibujar fan characters, pero eso es otra cosa) que a su vez tenia una amiga; "Shade Einnharder".  En DeviantART, Shade Light Side entonces.
Cuando comencé a interesarme por el arte de Shade, hacia relativamente poco que ella había dejado DeviantART. Ni siquiera esta otra artista sabia donde estaba ella entonces.
Por esa razón, me fue muy dificil conseguir sus dibujos. Había un par con los que no había problemas, pero ¿y los otros? 
Por un tiempo me pase buscando en diferentes paginas y blogs, y junte varios (los cuales todavía tengo guardados ^^). 
Hasta que fui a dar son su metroflog. Si bien ahí no estaban los mas actuales, si no mas bien lo mas antiguos y algunos mas cercanos a la fecha, en ese momento fue lo mejor haber encontrado ese metroflog. 

Estos son algunos de los que encontre ahi y en los que me fije en ese momento.












Mas tarde , ella regreso a DeviantART. 
Mas mejorada que nunca y debo decir que comparando los dibujos del metroflog con los que sube actualmente, se nota muchísimo el cambio que tuvo en la calidad de sus dibujos y en su estilo también. 
Tuvo que practicar mucho, muchísimo; ella lo dijo. 
Así que como mensaje final diría que el talento es una pequeña especie de ventaja sobre algunas cosas, lo máximo que puede hacer es que alguna que otra cosa resulte mas fácil. Todo es cuestión de esfuerzo.
Se necesita 1% de inspiración, y 99% de practica y esfuerzo.

Shade: resumen, progreso 2009 - 2014

Antigüedad:

11/2 año 2009




8/7 año 2009





4/6 año 2009
29/7 año 2009
18/7 año 2009

7/9 año 2009






21/11 año 2009












3/3 año 2010


Año 2010



2010 en adelante (2011, 2012)





Actualidad:









































Antes...














Ahora...











Y aun le falta camino por recorrer.

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Y esa fue mi entrada sobre Shade. La verdad, la admiro muchísimo como artista, y ella misma dijo que aun le falta mucho por aprender. 
Un espacio de mi blog tenia que dedicarle.
Espero ser al menos la mitad de buena algún día.